Los viajes nos dejan enseñanzas. Quizás algunos más que otros, pero siempre hay algo que aprender de cada nuevo destino visitado, cada cultura, cada lugar, cada persona… En mi caso, uno de los viajes de los que más aprendí fue de haber vivido 7 meses en Vancouver, Canada con la visa working holiday.
Ya pasaron 5 años de ese viaje y hoy reflexionando, les cuento cuáles fueron esas 5 cosas que aprendí de Canadá.
5 cosas que aprendí viviendo en Canadá:
1. Siempre se puede ser (más) amable
Si hay algo que caracteriza a los canadienses es su amabilidad. Los canadienses son personas extremadamente educadas. Vas caminando por la calle y cada 2 minutos recibís un “sorry”, por tan solo haberte rozado.
En cualquier lugar te van a recibir con un simpático: “Hola, cómo estás?”. Desde la primer noche me sentí bienvenida por la gente cálida y amable, siempre dispuesta a ayudar.
Una costumbre que hay en Vancouver (desconozco si también en otras ciudades) es la de agradecer al chofer del bondi (bus). Cada vez que alguien se baja, le grita “Thank you!” al conductor, no importa cuánta gente se baje. Es una de de las cosas que más me sorprendió y una costumbre que hasta ahora no vi en ninguna otra ciudad del mundo. Aunque les parezca insólito, hace unos años una mujer se olvido de agradecer al chofer y recibió la prohibición de usar el sistema de buses por 2 años. Caso real.
Algunas veces intenté adoptar esta costumbre en Buenos Aires y debo decir que mucha gente me miró raro, e incluso algunos choferes ni me respondieron. Pero al final de cuenta siempre es posible ser más amable. Un simple “cómo estás?” puede cambiar tu día. Un “gracias” puede ser vital para cambiar tu humor.
2. A amar la naturaleza
Canadá es un país completamente conectado con la naturaleza, la vida sana y la ecología. Si bien las ciudades principales son grandes y cosmopolitas, la gente vive muy conectada con la naturaleza y organiza escapadas al aire libre, trekkings, acampadas, etc. Cuidan su salud, hacen deporte, reciclan y preservan la naturaleza.
La verdad yo siempre ame a la naturaleza y tuve interés por la sustentabilidad pero nací y me crié en Buenos Aires, y por más que quiera ocultarlo, soy un bicho de ciudad.
Pasar de la llanura bonaerense a vivir en un lugar rodeado de montañas y lagos es un gran cambio. Mi transporte para ir al trabajo era un teleférico a la montaña Grouse.
En Canadá aprendí a amar la montaña. Hice mis primeros trekkings y aprendí mucho sobre la vida salvaje en los parques nacionales Banff y Jasper. Esa conexión con la naturaleza hizo que hoy en día una de mis actividades favoritas en los viajes sea hacer trekking. Canadá me enseñó a amar más a la naturaleza, a disfrutarla y a cuidarla.
3. La convivencia entre distintas religiones, razas y culturas es posible
Canadá es un país que recibió millones de inmigrantes con los brazos abiertos. De hecho Canadá es el primer país del mundo que adoptó el multiculturalismo como política nacional.
En las calles de cualquier ciudad canadiense te cruzas con gente de muchos países que eligieron a Canadá como su casa. Distintas religiones, razas y culturas conviven bajo la misma bandera.
Viviendo en Vancouver conocí gente de todos lados y hasta les digo que me costaba encontrar gente canadiense.
4. El caos también se valora
Los canadienses en general son muy punteales y organizados. Si querés hacer un plan con un canadiense tenés que avisarle con bastante anticipación para que organicen su agenda.
Las ciudades funcionan a la perfección. No hay ni una basurita en la calle. El sistema educativo es de los mejores del mundo. El sistema de salud también. El sistema de transporte es efectivo. Podés dejar la puerta de tu casa sin llave y nadie va a entrar. La marihuana es legal. La gente tiene un estándar de vida muy alto.
Realmente son un ejemplo de país, todo funciona bien y esto es algo que celebro. Pero viniendo de una ciudad latinoamericana debo confesar que a veces extrañé el caos. Buenos Aires es un quilombo pero creanme que llegué a extrañar ese quilombo del que estando allá me quejaba.
La espontaneidad y el factor sorpresa son cosas que hoy valoro mucho de mi ciudad. Y claro que también valoro y extraño la paz y tranquilidad de Vancouver.
5. Hay que salir de la zona de confort
Suena trillado pero es real. Yo estaba muy cómoda a mis 20 años viviendo en casa de mis padres, estudiando arquitectura sin tener que preocuparme por nada.
Pasar a vivir en una ciudad desconocida, rodeada de gente desconocida, hablar en otro idioma todos los días, tener que buscar un trabajo de cero, un lugar para vivir… son cosas que de verdad te abren la cabeza y mucho.
Durante mis meses en Canadá trabajé un tiempo en un restaurante turco, armando donairs y cortando carne. Un trabajo que nunca hubiera imaginado tener. Y era feliz trabajando de eso! Aprendía todos los días algo nuevo, tenía compañeros de países de Europa y de Latinoamérica y descubrí cosas que tenía en común con ellos aún siendo de Argentina.
También trabajé en BeaverTails (uno de los locales más típicos de Canadá) en un centro de ski. Qué hacia yo en una cabaña de 2×2 muriendo de frío y fritando cosas? Podría haberme quedado en la comodidad de mi casa en Buenos Aires, sin tener que trabajar, sin tener que esforzarme por pagar un alquiler, sin salir de mi burbuja.. pero haber salido de ahí fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Lo que aprendí en ese medio año de viaje no lo hubiera aprendido ni en 2 años de mi vida normal.
Espero que les haya gustado esta reflexión! Si están pensando en ir a Canadá no se pierdan mis posts.
- Working Holiday Canada para argentinos
- Descuentos y herramientas para viajar barato
- Road Trip por los parques nacionales Banff y Jasper en Canadá
6 comments
Buenísimo! Casi dos años viviendo en Canadá y coincido con lo que mencionas en este post, especialmente con el amor a la naturaleza, hoy eso es parte fundamental de mi día a día. Gracias por compartir.
Perdón pero en el punto 1 en La Paz Bolivia siempre se agradece por todo y se saluda al pasar y es por educación así es la mayoría de la gente por naturaleza y es en todo Bolivia no solo en Canadá pasa eso pero lo demás está muy lindo 🙂
Qué bien! Es genial que sea así.. en Buenos Aires (en general) no pasa 🙁
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